Aunque a menudo pensemos que la psicoterapia sólo esté dirigida a personas con graves problemas psicológicos o de salud, debemos tener claro que nada más lejos de la realidad. En el caso de la Psicología Humanista, en la que encontramos la Terapia Gestalt, tiene como objetivo poner a disposición de sus pacientes las herramientas terapéuticas necesarias para que las personas puedan autorrealizarse y encuentren sentido a sus actos.
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Un poco de historia
El creador de la Terapia Gestalt fue Fritz Perls, médico psiquiatra de origen judío, junto a su mujer Laura Posner de soltera). Aunque en la gestación de esta corriente psicológica influyeron otras personas como el filósofo alemán Salomón Friedlander, el primer ministro sudafricano Jan Smuts, Kurt Goldstein, Max Reinhard, Helen Deutsch, Otto Fenichel, Paul Federn, entre otros muchos.
Con la ascensión del nazismo Fritz y Laura se ven obligados a huir de Alemania en el año 1933 y se instalan como psicoanalistas en Africa del Sur, donde viven hasta 1948, año en que deciden fijar su residencia en Estados Unidos.
En un primer momento la Terapia Gestalt no se llamaba así, ni pretendía ser una escuela de psicoterapia propia. Lo que pretendía Perls en 1942 al escribir “Yo, hambre y agresión” era aportar y enriquecer con su punto de vista el psicoanálisis. Esta es una obra enmarcada dentro del movimiento psicoanalítico y escrita por un psicoanalista (hay dos capítulos escritos por Laura), que llevaba, en su primera edición, como subtítulo: Una revisión de la teoría y del método de Freud. Por tanto pretendía ser una revisión de la teoría freudiana de las resistencias, y allí donde Freud concede importancia fundamental a las resistencias anales, Perls traslada la génesis de los conflictos neuróticos a las llamadas resistencias orales, tomando especial importancia el fenómeno de la Introyección.
¿En qué se basa la Terapia Gestalt?
Esta terapia se centra en la manera en la que las cosas que se experimentan son formuladas mentalmente, más que en la preocupación del contenido de lo que nos ocurre.
Es decir, desde el punto de vista de esta terapia lo importante es la manera en la que se experimenta algo, y no tanto ese ‘algo’ concreto. Por ello, en ella las preguntas no son “¿qué nos ocurre?”, sino “¿cómo nos ocurre y cómo lo experimentamos?”.
Al partir de los planteamientos de la Psicología Humanista, el enfoque remarca el papel de las sensaciones subjetivas. Por tanto, esta preocupación por los procesos más que por los contenidos y de lo subjetivo más que de lo objetivo se basa en los principios teóricos de ‘aquí y ahora’, toma de conciencia y responsabilidad.
1. Aquí y ahora
Esta terapia asume que las personas perciben todo como una experiencia unificada. Es decir que si trabajamos nuestra manera de pensar el presente estamos interviniendo en la manera de plantearnos el futuro y la manera en la que miramos y revisamos el pasado.
En este sentido, nuestra idea de lo que es futuro y pasado no es más que una proyección de cómo vivimos el presente.
2. Toma de conciencia
En esta terapia es importante que el paciente sea consciente de lo que le ocurre y tome nota de ello. Solo de esta manera podrá detectar nuevas formas de formular la experiencia del aquí y el ahora para acercarse más a la autorrealización.
Pensar en las experiencias propias y en nuestros pensamientos permite al paciente ser mejor reconociendo el estilo propio a la hora de experimentar y tener mayor poder de decisión a la hora de cambiar la manera de ver las cosas.
Es decir, ser honestos con nuestra forma de pensar nos ayuda a desarrollar una inteligencia emocional más rica y fuerte.
3. Responsabilidad de los actos
Ser responsables de los actos propios y de la manera de experimentar las cosas significa asumir también las consecuencias de esas opciones. Sólo a partir de la aceptación de los errores y la hipotetización de riesgos es posible ganar en autonomía personal.
La irresponsabilidad es considerada una negación del presente y una negativa de tomar conciencia. La Gestalt pone énfasis en esta responsabilidad para ser más libres y capaces de dar significado a nuestras vidas.